La Gabinoteca: sorprenderse y cenar, todo es empezar
De casta le viene al galgo
La Gabinoteca no es el primer proyecto de una familia que siempre ha estado entre cazuelas y fogones. El abuelo de la familia Redruello ya había creado restaurantes tan conocidos como La Ancha, con locales en calles de Madrid tan “de siempre” como Príncipe de Vergara y Zorrilla. Creciendo en un restaurante y habiendo pasado por las cocinas del Bulli o de Arzak, no es de extrañar que Nino Redruello ya tenga en su haber restaurantes como Las tortillas de Gabino y La Gabinoteca -sólo dos de la larga lista de proyectos culinarios del chef con los que se te hace la boca agua-. De la Gabinoteca habíamos oído mucho y muy bueno, y allí que fuimos a probar lo que su cocina nos tenía preparado.
Estilo loco en la decoración, como en su carta
La Gabinoteca es sorpresa por los cuatro costados. Por un lado, un entorno lleno de rincones curiosos, sin orden ni concierto, sólo desenfado y color, mucho color: mesas de formas y estilos distintos, dos niveles separados por una escalera de chapa, paredes y barras de madera, geometría y contrastre.
Al sentarnos, uno de los camareros (por cierto, súper amables y atentos) nos propusieron elegir un plato por persona de cada una de las categorías de la carta (Para empezar…, Continuamos con…, y Para terminar…) Las dos primeras categorías de la carta son entrantes, platos que parecen tapas clásicas pero que nada tienen que ver. Y los llamados “Para terminar” son segundos, de carne o pescado, en pequeñas raciones para probar de todo.
Los platos de la Gabinoteca
Como os decía antes, la Gabinoteca es sorpresa en estado puro. Si decides beber vino, los camareros te hacen un test de personalidad para saber cuál es el “caldo” que se adecua más a ti. Nosotros por ser entre semana, preferimos beber agua y gozar de la comida sin maridaje, pero como prometo volver, seguro que acabo haciendo el test. ¡Sin duda!
En cuanto a la comida, toda la carta tenía una pinta…Nosotros tiramos primero por las Gyozas de ropa vieja. Si juntas Gyozas, un entrante japonés que nos encanta, con la carne del cocido que nos flipa, tachán…un entrante perfecto y bien rematado, con un emplatado que da pena estropear. Yummy!!
Yo no soy muy de pedir tortilla en los bares. Me gusta mucho la de mi madre, y con eso “voy que chuto”, pero tenía que probar la tortilla con brandada de bacalao de Nino, que para eso sabe tanto de tortillas, e ¡hice requetebién! Suave, un poquito deshecha (como a mi me gusta) y con el gustito cremoso que deja la brandada de bacalao, vamos que este plato seguro que lo repito cuando vuelva.
El potito de la Gabinoteca es un plato, o debía decir un vasito, que ya es todo un hit del restaurante, así que teníamos que probarlo. He de decir que no me sorprendió tanto como otros platos del menú, pero que también estaba delicioso. Sabores como el huevo, la patata y la trufa se mezclan en forma de un huevo trufado, más espeso de lo habitual gracias a la patata, que invita al comensal a rebañar a base de cucharilla.
Nuestro último entrante fue la tapa de vieiras a la plancha con pimientos confitadísimos. Aparte de tener una pinta buenísima, esta probadita era una delicia, con el pimiento dulce, a modo de mermelada, coronando la rebanada de pan crujiente y la vieira a la plancha con un punto a mayonesa en la base para suavizar la mezcla, otro imperdible de la carta!
Cuando llegamos a los platos principales, tiramos por uno de carne (con la carrillera de ternera como las hace Nino) y uno de pescado (Merluza frita embadurnada en lo que sobra de una ensalada de tomate). Ambas tapas estaban sabrosas, con un producto fresco y de primera, pero he de decir que no me asombraron tanto como los entrantes, que me dejaron con la boca abierta.
En cuanto al postre, un nuevo giro inesperado, porque elegimos el plato Do It Yourself por excelencia, el Juan Palomo, el postre “yo me lo guiso, yo me lo como” de la carta. Como si fuera el Bricomanía de los postres, tuvimos que montar un plato dulce con herramientas como el brownie, una espuma de plátano, un sirope de frutos rojos, una bola de helado de vainilla, una especie de galleta y azúcar moreno. Con la foto del mejor emplatado del Juan Palomo, los comensales podrán disfrutar de una cena para dos en la Gabinoteca…¡qué mejor premio que volver!
A ver si nosotros tenemos suerte y nos volvemos a dar un homenaje con otros platos de la carta que no tuvimos ocasión de probar. ¿Conocéis la Gabinoteca?, ¿qué plato os gusta más?
La Gabinoteca
- ¿Dónde? Calle de Fernández de la Hoz, 53, Madrid
- ¿Cuándo? Cuando quieras sorprender y que te sorprendan
- Más información sobre la Gabinoteca: por cierto, no admite reservas, así que ¡a cenar pronto!