Centro,  Entre 25 y 40

Trasto, locura vintage en La Latina

Hay restaurantes que sugieren mucho con su nombre. Trasto es uno de ellos, con un nombre entre divertido y juguetón que trae recuerdos infantiles. Por lo menos a mí me trae a la memoria esos momentos entre travesura y travesura en el que mis padres me llamaban “trasto”. De trastadas está llena la cocina de este restaurante madrileño de la calle Segovia. Su cocinero César López, digno sucesor de la cocina de Alberto Moreno, deja el aburrimiento fuera y mezcla ingredientes de la cocina española de toda la vida con productos asiáticos que le dan un toque distinto a cada plato.

Decoración vintage en el Trasto

Además de la cocina, el estilo decorativo del local también te hace pensar en trastos y en cachivaches. El diseño vintage del restaurante a mí personalmente me enamoró. Con la inspiración de un anticuario que selecciona cuidadosamente todas las piezas que compra, cada rincón del interior de estas cavas de vino antiguas es encantador: un chaiselonge en desuso delante de unas puertas avejentadas, baúles y puffs centenarios, un coche descapotable antes de bajar a una de las salas, sillones estilo patchwork en la zona de restaurante…hasta la decoración del baño es cuidada al detalle.

Restaurante Trasto en el barrio de Madrid de La Latina
Interior de una de las salas del Restaurante Trasto
Restaurante Trasto en La Latina
Coche antiguo (interior de Trasto) foto por Restaurante Trasto

Trastadas y tapeo loco en Trasto

Mi sensación es que en un sitio tan bonito, la inspiración en la cocina debe surgir a punta pala. Con un par de entrantes, en la sección de trasteo, un par de platos principales y un postre, ya te harás una idea de la cocina divertida de César, pero otra opción es tirar por uno de sus menús de degustación, el de 5 bocados (por 30 euros) y el de 8 bocados (de 50€). Nosotros aprovechamos el descuento del Tenedor y probamos varios platos de la carta que nos recomendaron ellos mismos.

Como primer entrante, tomamos el arenque marinado con Yuzu. Un plato que supone bastante trabajo para el chef: tiene dos escabeches de doce horas, el primero es el que le da el gustillo del vinagre, y el último es el que se hace con sake y el zumo del yuzu. El yuzu es una fruta asiática muy cítrica que aprovechan para el escabeche y para hacer la crema de la base. Os lo recomiendo para empezar, ¡muy rico!

Entrante de arenques en el restaurante Trasto de La Latina
Arenque marinado con yuzu

Otro de los entrantes que nos encantaron fueron las croquetas melosas de txangurro con crujiente de gamba. Aquí hacen una cosa muy loca, seleccionan un ingrediente muy de la cocina vasca como es el txangurro o centollo para hacerlo en forma de croquetas y las colocan sobre una cama de pan de gamba en esferas. La verdad es que no te lo esperas hasta que te lo llevas a la boca, ¡pero funciona!

Entrante de croquetas en el restaurante Trasto en la Latina
Croquetas melosas de txangurro

Quisimos probar otro entrante y nos decidimos por el pulpo frito sobre espuma de mayonesa de Dijon. El pulpo estaba crujiente y la espuma era muy curiosa, con ese sabor tan característico de la mostaza de Dijon, pero no estoy muy segura de si terminaba de encajar un ingrediente con el otro. Igual le faltaba algo para equilibrar un poco más el sabor.

Entrante de pulpo en el restaurante Trasto en La Latina
Pulpo frito con espuma de mayonesa de Dijon

Para los platos principales elegimos de pescado el tataki de atún rojo, marinado con soja y teriyaki, y servido con unos pimientos fritos. En mi opinión, los pimientos no iban de la mano del atún. El atún se me habría hecho un plato más ligero con otro tipo de compañero de plato. Al final nos comimos el atún pero a los pimientos no les hicimos mucho caso, la verdad. No obstante hay que decir que el tataki estaba bien sellado y sabroso.

Tataki del restaurante Trasto en La Latina
Tataki de atún rojo

El plato de carne por el que nos decidimos fue un rulo de cochinillo con crema de manzana Golden y regaliz negro. El cochinillo, cocinado a baja temperatura durante 24 horas, estaba supremo, tierno por dentro y crujiente por fuera, y hacía muy buena pareja con el puré de manzana. ¡Muy recomendable!

Rulo de cochinillo del restaurante Trasto de La Latina
Rulo de cochinillo a baja temperatura con manzana golden y regaliz

Para cuando terminamos con el cochinillo ya teníamos poco espacio para nada más, así que nos decidimos por un postre ligero que estaba fuera de la carta, la copa de mousse de queso con abanico de frutas y tierra de oreo. Estaba suave y era justo lo que necesitábamos después de una comida copiosa.

Cocteles, vinos y más

El restaurante Trasto ofrece una carta de vinos y de cocktails muy completa, y tiene un barman de categoría entre sus filas,  Javier Ortega, pero en cuanto nos dijeron que había cervezas artesanas…¡¡marchando un par!! Volvimos a maridar con una antigua conocida, la Salvaje Maorí (que ya probamos en nuestra visita a la Gastrocroquetería de Chema) y probamos por primera vez una Salvaje Steve que estaba hecha en barrica de Whisky y que estaba fantástica.

Hace muy poquito que Trasto se instaló en Madrid, pero sin duda se merece un lugar de honor en la oferta gastronómica de La Latina, ¿te lo vas a perder?

Detalles de Trasto

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Restaurante Trasto
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